hoy amanecí con ganas de morir

Soy un hombre partido por la mitad, de hecho no tendría el derecho de llamarme hombre... bestia, cerdo, sería más adecuado... cerdo no, porque esas nobles criaturas no tienen porque equipararse con un ser de mi bajeza, bestia basta, bestia vasta, hubiera preferido ser una mujer para vivir con un poco menos de mierda en el género, en el corazón y en los actos, para ver si así dominaba esta furia y este rencor ante cada cosa... pero no, tuve que ser hombre, hombre no, algo más bajo, más pequeño, más mugroso...

Esta mañana amanecí con ganas de morir.

He estado monologando cada día, en la mañana, en la tarde, en la noche, en la madrugada, en el baño, monologando, sin poner atención al resto de las cosas, y las palabras que digo y resuenan sólo al interior sólo han conseguido derrumbarme más rápido...

Este mundo es una continua duda, una afrenta, un transcurrir del tiempo respirando olores envenenados, una bocanada en cada exhalación, una mentira que se multiplica en cada persona, un martillo en cada palabra demoliendo el edificio de mi mente...

No soy más que estas palabras, no tengo nada, no quiero nada, no anhelo nada que no pueda conseguir con un poco de hipocresía, sólo quiero morir y acabar con este sufrimiento que llaman vida y no es más que un conglomerado de penas, infamias, injusticias y dolores... estoy cansado y no tengo sueño, estoy harto de cada cosa, hablo y hablo y sólo me comunico menos, envejezco sin crecer, cada vez soy menos libre, cada día que paso analizando mis penas sólo duelen más...

¿Alguien quiere matarme? Yo le ayudo, no sólo lo deseo, quizá lo merezco, pero no tengo tanta suerte...

disfruta el sueño...