Nota de advertencia a la Nota de advertencia
*Cuento y discurso de presentación del libro Cuentos de bajo presupuesto.
El lector habita en el futuro; es el
futuro de un libro y también el instrumento mediante el cual el libro se
traslada al pasado…
Salvador
Elizondo
Desde el inicio de la narrativa, el
lector-oyente desea que le mientan.
Javier
Avilés
Nota de advertencia a la nota de advertencia
Rafael Tiburcio García
Muy
buenas tardes a todos.
Para
mí es un placer estar aquí el día de hoy en este recinto. Debo decir que Cuentos de bajo presupuesto es un libro que está en deuda con
muchas cosas, pero me interesa resaltar dos en este momento. Por un lado, la
deuda con la ciudad de Pachuca, cuya hiperrealidad permitió que hubiera un
telón de fondo para las historias y, por supuesto, el pensamiento adolescente,
al cual la evolución de las emociones de los personajes debe su contundencia.
Antes
de entrar en materia debo avisarles que las palabras que escucharán han sido
reescritas varias veces y cada nueva variación de este discurso ha dado ciertas
muestras de fracaso ante la audiencia, así que espero haberlo mejorado lo
suficiente. La idea es bastante sencilla: el acto literario que se compone de
escribir y leer, o escuchar, une tiempos, espacios y pensamientos distintos de
tal forma que lo externo se suspende, vivimos la lectura, vivimos las emociones
de los personajes y sufrimos lo que les acontece, la comunicación suele ser
siempre un acto narrativo en el que participan todos sus implicados de tal
manera que las personas se integran en un colectivo. Nada más maravilloso que
el hecho de que ustedes son yo y yo soy ustedes, en este preciso momento, y así
continuaremos mientras estemos en este recinto.
Una
vez aclarado paso a hablar ahora sí del pretexto que nos reúne, el volumen Cuentos de bajo presupuesto. Para eso me
gustaría platicarles un poco de cómo empezó este libro, sus motivos y,
finalmente, del extraño proceso de su publicación.
La
intención de reunir los cuentos en un libro surgió en 2009 cuando terminé de
escribir un cuento llamado Serie b.
Yo estaba muy enojado, todos los libros de cuentos y poemas suelen exigirle al
autor algo que se llama unidad, que tengan el mismo estilo, que los cuentos
hablen de un mismo tema, que haya hilos conductores, en fin, que parezcan un
pequeño ladrillo hecho del mismo adobe. Pero cuando uno empieza a escribir
juega aquí y allá, experimenta, busca, y los cuentos de este volumen no tenían
esa unidad. Unos hablaban de ciencia ficción, otros de política, otros de
amantes salvajes. Entonces hice trampa, le inventé la unidad a lo que no lo
tenía y la clave fue justamente el cuento que les decía, Serie b.
2009
es un año importante por varios motivos, es el tiempo en que transcurrió mi
primer año de matrimonio, es el tiempo en que inicio la maestría en Estudios
Humanísticos y es también cuando abandono mi trabajo en Pachuca para buscar la
estabilidad como profesor en Ecatepec. Algunos años antes, mis amigos y yo nos
reuníamos para hacer lo que hacen los universitarios, escuchar música, ver
películas, platicar de libros. Y entonces escuchábamos discos de música surf, veíamos
películas de zombis, esas horribles llenas de botargas y alambres, leíamos El libro vaquero y los sensacionales, y
nos íbamos a chiflar y a gritar leperadas a la lucha libre. Con todo eso en
mente surgió, después de muchos cuentos, la idea de escribir uno que fuera al
mismo tiempo una película, pero no cualquier película, una película mala, una
película chafa, una película pésima.
Pero
un relato como Serie b presentaba el
problema de que, para escribirlo, tenía que abandonar esa intensión romántica de
“literatura culta”. Tenía que escribirla como un cuento de un género, ciencia
ficción, por ejemplo, o relato de misterio, o cuento fantástico, o eso que se
puso de moda con Los juegos del hambre,
la distopía, el postapocalipsis, cosas que ustedes conocerán y entenderán mejor
que yo, que sólo he visto las películas. Porque sólo así podría tratar los
temas ridículos que aborda el libro, una lectura de cartas, un sapo dentro de
una lata de refresco, una campaña política, una botarga hecha de sushi, porque
sólo así pude jugar con un montón de cosas, Juan Rulfo y Futurama, Cormac
McCarthy y Drácula, Miguel de Unamuno y Frankenstein, Salvador Elizondo y el
anime japonés, y por supuesto el corazón del libro que son las viejas revistas pulp de los años cincuenta, hechas de
papel corriente, que hablaban de científicos locos, detectives y vaqueros.
A
partir de esa idea encontré mi conexión, la unidad que les platicaba, y entonces
pensé: si yo la vi, los jurados también lo harán. Así que asumí el riesgo, configuré
una primera versión del libro y lo lancé a concursar. Como ustedes imaginan el
libro aún no maduraba, tampoco mi estilo. Y como también imaginarán esa primera
versión del libro corrió con pésima suerte, ésa y también las siguientes. Certamen
tras certamen el libro se vio superado un montón de veces, llegué a perder tantos
concursos que me desanimé. Y esa sucesión de fracasos continuó durante muuucho tiempo.
Todo
cambió un día del año pasado, corría el mes de abril y yo me encontraba más
preocupado por terminar mi tesis de la maestría. Entonces dos adolescentes vinieron
a mi casa y aquí es donde todo se puso extraño. Eran Margueritte y Rogelio, dos
personajes de Serie b. No están
ustedes para saberlo, pero Margueritte me había visitado tiempo atrás para
preguntarme sobre Rogelio, estaba realmente preocupada pues le parecía que él moriría
si ella no hacía algo, aquella vez platicamos un poco sobre teoría literaria y yo
le dije cómo podía volver al cuento, luego de eso no volví saber de ella. Así
que definitivamente fue una grata sorpresa recibirlos a ambos, sanos y bastante
enamorados. Me contaron con emoción como iba su noviazgo, como se encontraba el
doctor Tobias y qué había pasado después de que ella visitó mi casa la última
vez.
Como
era de esperarse, su anécdota coincidía casi de manera exacta con lo que escribí
en Serie b, lo que no me esperaba fue
lo que ocurrió a continuación. Margueritte abrió su bolso, extrajo un viejo y
gastado ejemplar de cuentos y me lo dio. Estaba fechado en 2014 pero se veía como
si lo hubieran leído y manoseado durante décadas; los bordes estaban todos gastados;
y la sorpresa fue mayúscula al constatar que, frente a una acuarela en tonos
azules que imitaba vagamente el rostro de Rogelio, aparecía, con la tipografía impact, ya saben, la de los memes, el
título de mi libro y mi nombre debajo. No lo podía creer. Platicamos un rato
más. Antes de partir, Margueritte me dijo “Te lo puedes quedar, te lo regalo”.
Durante
todas las vacaciones de Semana Santa estuve sopesando la oportunidad que se me
presentaba. Recordé entonces un viejo cuento de Salvador Elizondo que planteaba
un problema parecido y lo releí, “¿cómo podría usted desistir de esa empresa
que siempre ya está realizada?”
cuestionaba Enoch Soames a Elizondo.
Fue
entonces que tome la decisión. Hasta altas horas de aquella noche estuve cotejando
y corrigiendo mi borrador con aquel fantasma de las navidades futuras, incluida la nota de advertencia que reproduzco a continuación:
NOTA DE ADVERTENCIA
A LA PRESENTE EDICIÓNEl presente volumen es una edición facsimilar del ejemplar Cuentos de bajo presupuesto que Margueritte Volksmahler trajo consigo de su viaje al porvenir, mismo que le fue obsequiado por el autor. Una vez concluidos los hechos narrados, ella y Rogelio Elizondo entregaron el volumen a su autor en el presente, quien de inmediato lo confrontó con su borrador, hizo las correcciones pertinentes y lo envió a concursar al Premio Estatal Ricardo Garibay 2014, certamen que, tal como preveía el libro, ganó en dicho año.El autor agradece a sus vecinos por el detalle, a los editores por todo el esfuerzo puesto para que el libro luzca exactamente igual a ese viejo ejemplar futuro y a Tulio, Julio, Alejandra y todas las personas involucradas por todo el apoyo recibido durante el proceso de edición.Finalmente, es necesario recordar que este libro es una obra de ficción. O podría serlo. Cualquier referencia a personajes reales, obras, marcas, nombres, eventos, establecimientos, organizaciones o escenarios, así como acontecimientos ficticios pasados y futuros que involucran a personas reales, incluyendo al lector, fueron empleados de manera ficcional, o modificados para parecerlo, con intenciones de dotar a la obra de verosimilitud. Cualquier parecido con la realidad es resultado de eventos coincidentes en sus respectivas líneas temporales.
Los Editores
Ciudad de Agnosia, Diciembre de 2014.
En la
transcripción guardé absoluta fidelidad al “original” y lo envié por novena
ocasión a concursar al Premio Estatal de Cuento Ricardo Garibay con los
resultados previstos. Ese fue mi secreto durante un tiempo, pero como
comprenderán sólo tenía dos opciones, o llevármelo a la tumba o ser honesto con
el consejo de cultura.
Cuando
inició el proceso de edición tuve que enfrentar la disyuntiva de contar todo
esto a mis editores en el Cecultah. Al principio no daban crédito, creían que me
había vuelto loco, yo también lo creía. Entonces hice lo que imaginan, les
enseñé el ejemplar. Y fue hasta que lo tuvieron en sus manos que vieron que no
estaba loco, que el libro sí venía del futuro, y decidieron correr el riesgo.
Pedí a algunos amigos y colegas la ilustración de la portada, ayuda con las
correcciones, la fotografía y el texto de la contraportada. Cada una de sus aportaciones
coincidía exactamente, letra por letra y pixel por pixel, con las aparecidas en
el ejemplar, cada nueva coincidencia nos convencía más de continuar con esta
empresa inexplicable y fue debido a esas coincidencias que, finalmente, los del
Cecultah me dijeron “Sabes qué, Tiburcio, vamos a descartar la edición, en
lugar de eso haremos una edición facsimilar”.
Escanear
página por página aquel viejo ejemplar terminó por desintegrar sus hojas
frágiles y desgastadas. El original fue destruido, pero la edición facsimilar
sobrevivió y ahora está allá, en aquellos estantes, en el local del CECULTAH,
junto con otros libros asombrosos, lista para que ustedes suspendan este cuento
que les acabo de contar y comprueben si les he mentido el día de hoy y vuelvan
a su realidad, o si seguirán en esta dulce credulidad cuando la lean.
Muchas
gracias.
R. T. G.
(FILPM) Ciudad de México, D. F., a 21 de febrero de 2015
(FIL IPN) Pachuca, Hidalgo, a 16 de mayo de 2015
(FUL UAEH)Pachuca, Hidalgo, a 25 de agosto de 2015
(FLIJH) Pachuca, Hidalgo, a 30 de septiembre de 2015
disfruta el sueño...
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