Instrucciones - Neil Gaiman
Instrucciones
Neil Gaiman
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Toca el portón de madera que hay en la
pared
y que no habías visto antes.
Di «por favor» antes de abrirlo,
cruza el umbral,
desciende por el sendero.
Un diablillo rojo de metal sobre la
puerta pintada de verde
hace las veces de aldaba,
no lo toques; te morderá los dedos.
Recorre la casa. No cojas nada. No comas
nada.
No obstante, si una criatura te dice que
está hambrienta,
dale de comer.
Si te dice que está sucia,
límpiala.
Si llora porque se ha lastimado,
Siempre que puedas,
alivia su dolor.
Desde el jardín trasero podrás ver el
bosque agreste.
El hondo pozo a tu lado conduce al reino
del Invierno;
una tierra distinta se extiende en el
fondo.
Si en este punto das media vuelta,
puedes volver atrás, a salvo;
no hay de qué avergonzarse. No pensaré
mal de ti.
Cuando dejes atrás el jardín, estarás en
el bosque.
Los árboles son viejos.
Hay ojos que te observan entre la
maleza.
Bajo un retorcido roble verás sentada a
una anciana.
Es posible que te pida algo; dáselo.
Ella te mostrará el camino al castillo.
En su interior habitan tres princesas.
No confíes en la menor. Sigue adelante.
En el claro que hay más allá del
castillo,
los doce meses se sientan alrededor del
fuego,
calentándose los pies, compartiendo sus
cuentos.
Puede que te hagan un favor, si eres
amable.
Quizá Diciembre te deje recoger fresas en
su escarcha.
Confía en los lobos, pero no les digas a
dónde vas.
Puedes cruzar el río en la barca. El
barquero te llevará.
(La respuesta a su pregunta es ésta:
Si le entrega el remo a su pasajero,
quedará libre y podrá abandonar el
barco.
Pero díselo sólo desde una distancia
prudente.)
Si un águila te regala una pluma,
mantenla a salvo.
Recuerda: que los gigantes tienen el
sueño muy pesado;
que a las brujas, a menudo, las
traiciona su apetito;
que los dragones tienen siempre un punto
débil en alguna parte;
que los corazones pueden estar bien
ocultos,
y los traicionas con la lengua.
No sientas celos de tu hermana:
Las rosas y diamantes
que salen de los labios
son tan molestos como las ranas y los
sapos:
también son más fríos, afilados y
cortantes.
Recuerda tu nombre.
No pierdas la esperanza: lo que buscas
será encontrado.
Ten fe en los fantasma.
Confía en que aquellos a los que
ayudaste,
te ayudarán a su vez.
Ten fe en los sueños.
Confía en tu corazón y también en tu
historia.
Cuando vuelvas, hazlo sobre tus pasos.
Los favores serán correspondidos,
las deudas quedarán saldadas.
No olvides tus modales.
No mires atrás.
Vuela a lomos del águila sabia (no
caerás).
Nada a lomos del pez de plata (no te
ahogarás).
Cabalga en el lobo gris (aférrate fuerte
a su pelaje).
Hay un gusano en el corazón de la torre; y ésa es la razón
por la que no permanecerá siempre en pie.
Cuando llegues a la casita,
al lugar donde comenzó tu viaje,
la reconocerás de inmediato,
aunque ahora parecerá más pequeña que al
principio.
Sube por el sendero y atraviesa el
portón
que nunca habías visto antes, excepto
aquella vez.
Y luego vuelve a casa. O construye una.
Y descansa.
Traducción: Rafael Tiburcio García, 2021.
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