Indisciplina podcast

Instrucciones - Neil Gaiman


Ayer fue día de Neil Gaiman. Todo empezó mientras buscaba un texto que pudiera leer a mis alumnos para la clase de oraciones simples y compuestas, y ejemplos de estas. Entonces recordé que hace poco había compartido un cuento/poema de Gaiman que tengo en un libro. Al principio transcribí la versión de esa edición (El cementerio sin lápidas y otras historias negras, de Roca Editorial) pero luego, al cotejarlo con el original, descubrí algunas licencias y rodeos. Una cosa llevó a la otra y terminé revisando dos traducciones y el texto en inglés hasta que finalmente me perdí durante la tarde hasta que llegué a una traducción que me dejó satisfecho. Traté de respetar lo más posible el original (Neil lo merece, vamos, y mis alumnos también). La dejo por acá. Saludos.

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Instrucciones

Neil Gaiman

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Toca el portón de madera que hay en la pared

y que no habías visto antes.

Di «por favor» antes de abrirlo,

cruza el umbral,

desciende por el sendero.

Un diablillo rojo de metal sobre la puerta pintada de verde

hace las veces de aldaba,

no lo toques; te morderá los dedos.

Recorre la casa. No cojas nada. No comas nada.

No obstante, si una criatura te dice que está hambrienta,

dale de comer.

Si te dice que está sucia,

límpiala.

Si llora porque se ha lastimado,

Siempre que puedas,

alivia su dolor.

 

Desde el jardín trasero podrás ver el bosque agreste.

El hondo pozo a tu lado conduce al reino del Invierno;

una tierra distinta se extiende en el fondo.

Si en este punto das media vuelta,

puedes volver atrás, a salvo;

no hay de qué avergonzarse. No pensaré mal de ti.

 

Cuando dejes atrás el jardín, estarás en el bosque.

Los árboles son viejos.

Hay ojos que te observan entre la maleza.

Bajo un retorcido roble verás sentada a una anciana.

Es posible que te pida algo; dáselo.

Ella te mostrará el camino al castillo.

En su interior habitan tres princesas.

No confíes en la menor. Sigue adelante.

En el claro que hay más allá del castillo,

los doce meses se sientan alrededor del fuego,

calentándose los pies, compartiendo sus cuentos.

Puede que te hagan un favor, si eres amable.

Quizá Diciembre te deje recoger fresas en su escarcha.

 

Confía en los lobos, pero no les digas a dónde vas.

Puedes cruzar el río en la barca. El barquero te llevará.

(La respuesta a su pregunta es ésta:

Si le entrega el remo a su pasajero,

quedará libre y podrá abandonar el barco.

Pero díselo sólo desde una distancia prudente.)

 

Si un águila te regala una pluma, mantenla a salvo.

Recuerda: que los gigantes tienen el sueño muy pesado;

que a las brujas, a menudo, las traiciona su apetito;

que los dragones tienen siempre un punto débil en alguna parte;

que los corazones pueden estar bien ocultos,

y los traicionas con la lengua.

 

No sientas celos de tu hermana:

Las rosas y diamantes

que salen de los labios

son tan molestos como las ranas y los sapos:

también son más fríos, afilados y cortantes.

 

Recuerda tu nombre.

No pierdas la esperanza: lo que buscas será encontrado.

Ten fe en los fantasma.

Confía en que aquellos a los que ayudaste,

te ayudarán a su vez.

Ten fe en los sueños.

Confía en tu corazón y también en tu historia.

 

Cuando vuelvas, hazlo sobre tus pasos.

Los favores serán correspondidos,

las deudas quedarán saldadas.

No olvides tus modales.

No mires atrás.

Vuela a lomos del águila sabia (no caerás).

Nada a lomos del pez de plata (no te ahogarás).

Cabalga en el lobo gris (aférrate fuerte a su pelaje).

 

Hay un gusano en el corazón de la torre; y ésa es la razón

por la que no permanecerá siempre en pie.

 

Cuando llegues a la casita,

al lugar donde comenzó tu viaje,

la reconocerás de inmediato,

aunque ahora parecerá más pequeña que al principio.

Sube por el sendero y atraviesa el portón

que nunca habías visto antes, excepto aquella vez.

Y luego vuelve a casa. O construye una.


Y descansa.

 

Traducción: Rafael Tiburcio García, 2021.









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