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Mi Top 20 de álbumes de 2013

Disclaimer

Proponer una lista de lo que sea ha demostrado ser un asunto inútil y complicado que además quita demasiado tiempo y esfuerzo. Pero si ha de verse un aspecto positivo de esta práctica, que ha proliferado primero gracias a las revistas y luego a la "democratización" de la internet, es el hecho de que permite acercarse a cosas desconocidas que alguien más se toma la molestia de predigerir y valorar. Y bueno, tras la lista de animes (y no, no haré de libros porque el único de 2013 que leí fue el de Yuri Herrera) presento esta otra lista, más legitimada por tratar un tema más "serio" que los monitos japoneses. Irónicamente la música no cojea del mismo modo del aspecto ideológico del que cogea una serie animada o una historia cualquiera, basta dejarse llevar por la música, la emoción y la técnica y olvidar cualquier consideración ajena a la experiencia estética y siempre actualizada que es la música, un arte que, dicen los que saben, se crea en el momento que se ejecuta y se escucha y deja de existir cuando ha terminado. Antes dije que esta lista, como cualquier otra, es personal y subjetiva. No hay consideraciones técnicas aquí, sólo afinidades. Sin más preámbulos.

Mi Top 20

 01. Vampire Weekend - Modern Vampires of the City: Partimos con numerosas dudas de un escenario improbable con miles de variantes y los ingredientes usuales, cualquiera de las variantes mal empleadas hubiera tenido resultados atroces, y sin embargo esto es lo mejor que pudo suceder cuando una banda indie de música feliz maduraba, se ponía "melancólica" y se dedicaba a experimentar. Esta obra rebasa las fronteras del indie y es, me atrevo a decir, una obra de arte; original, pero también familiar y accesible. Se la compro a Pitchfork y a Rolling Stone, en el 2013 se hizo buena música en todos lados pero, pésele a quien le pese, la mejor música se hizo en el Continente Americano, ya era hora, y estos vampiros se merecen todas las loas que han recibido.


 02. Kurt Vile - Wakin' On A Pretty Daze: Cuánto tiempo tenía que un músico de rock, de simple rock, sin añadiduras, florituras, etiquetas o expansiones no sonaba tan bien y tan poderoso como Kurt Vile. El juego de palabras del título nos anticipa el juego doble, de aturdimiento y melancolía del propio álbum. Las pizcas de shoegaze, krautrock y otras vanguardias del pasado llegan a fusionarse con el rock simple y la guitarra sinestésica que invita escuchar cada canción con todos nuestros sentidos y que no nos suelta hasta que el álbum ha concluido.


 03. Woodkid - The Golden Age: Franceses everywhere, Kavinski, Phoenix, Daft, 2013 fue también un año de franceses, y entre sus mejores joyas está esta edad de oro de un productor de cine y videoclips que decidió musicalizar películas o hacer películas que decoren su música, no es posible saberlo. Su voz de bajo perfil aunque bastante emotiva contrasta con los arreglos cinematográficos de sus melodías. Una de las canciones nos lleva al pasado, otra al espacio, otra al viejo oeste, otra a algún Final Fantasy, otra a la Roma medieval de Assasin's Creed, otra a los campos de guerra, otra a los melodramas de desencuentros en paisajes idílicos, otra es un zapateado ideal para escapar de los trolls y llegar a algún castillo. Al final de esos 40 y tantos minutos uno tiene la sensación de haber estado en más lugares de los que nos llevan decenas de álbumes y películas en un año.


 04. Daft Punk - Random Access Memories: Los mismos que ahora reniegan de este disco son los mismos que lo alabaron antes de salir. Que si no es original, que si está sobreproducido, que si sólo es pretexto para memes y virales de internet, que si cantidad no es calidad, que si la nostalgia groove es sólo nostalgia, que si el hype, que si el mainstream, que si es música de elevador, sí, lo es, pero como dijeron los de Noisey: es el elevador más vergas al que se van a subir en toda su puta vida. Uruapan mexican son.




 05. My Bloody Valentine - MBV: La pretensión hecha música, tres EPs, o un álbum partido en tres suites, o una continuación de las tres vías musicales posteriores a Loveless, todo esto 22 años después, para sumarle al mito y al hipsterismo. Ya sea como continuación atmosférica de Loveless (primeras tres canciones), como experimentación guitarrística de pop (canciones intermedias) o como pretenciosa nueva senda a recorrer por el shoegaze (últimas tres canciones), este disco es un diamante hermosamente pulido.



 06. Arcade Fire - Reflektor: De nuevo el resultado más satisfactorio en una ecuación que auguraba desastres. Cambio de estilo, álbum semi conceptual, cachondeos y burlas a la mitología griega, pornografía, IDM, Riffs poderosos, poliglotismo, hasta reggaeton. Y aún así el disco es bastante redondo. Al contrario de Arctic Monkeys, Foals, These New Puritans o Vampire Weekend esta banda no madura, más bien parece lo contrario, pero esa frescura aunada a la experiencia de los discos anteriores es como aire fresco. No es Neon Bible y definitivamente no es Funeral, pero es un excelente cambio de hábitos, ajustado a estos tiempos superficiales en los que vivimos.


 07. Savages - Silence Yourself: Música seria hecha por chicas serias. La mejor obra de post punk del año, un género al que le tengo demasiado apego; pero más allá del apego, la crudeza de las guitarras, las frialdad de la voz y oscuridad general de este disco lo hacen uno de los imperdibles debuts del año.









 08. These New Puritans - Field of Reeds: El problema de hacer discos en el límite de los géneros que luego serán votados lo mejor de tal o cual año es que generan expectativas que luego no se cumplen, o que simplemente, valiéndoles madre las expectativas, transitan otros límites genéricos. Si el anterior, bélico y percusivo álbum se opuso a su art-punketo álbum debut, este campo de juncos se opone al laureado álbum anterior, eliminan las orquestas checas, los coros de niños y los ensambles de taiko y nos presentan una obra que brilla por una cuasi ausencia de percusiones donde apenas se distingue el ritmo. Se trata de un disco sublime que requiere los estómagos de una vaca para digerirlo. Otra obra maestra que algún día terminaremos de entender.


 09. Flaming Lips - The Terror: Wayne Coyne nos acostumbró a esperar cada tres o cuatro años una obra maestra lo suficientemente adelantada a su época como para ser comprendida un año antes de su siguiente disco, mientras tanto los experimentos sonoros, la psicodelia y la impureza sonora eran la sorpresa mensual, el ruido necesario para apreciar eso que, por mero trámite, llaman álbum entre un mar de EPs. The Terror no rompe esa costumbre, es un álbum sorpresivo, heladísimo, adelantado a quién sabe qué, donde dejan de lado los globos y el confeti y meten un sintetizador dentro de un bebé de plástico que luego manosean para tejer esas atmósferas densísimas que llaman música. Éste era el paso lógico tras las canciones de 6 y 24 horas, el terror de la vida sin amor.


10. David Bowie - The Next Day: Otra enorme sorpresa del año fue no sólo su regreso a la música sino un regreso con una obra chingona por donde se la vea. Rock del mejor, clásico pero contemporáneo, resucitado y no sólo zombificado, y con Marion Cotillard en sus videos, ¿Se puede pedir más?







 11. Sigur Rós - Kveikur: Parece que lo mejor que pudo pasarle a Sigur Rós fue perder a su tecladista, a partir de esa pérdida hicieron más con menos. Éste es su primer disco rudo, verdaderamente rudo en años, una explosión de guitarras que recorre la piel lentamente como una navaja, y aún así sigue siendo bellísimo.




 12. Arctic Monkeys - AM: El álbum del año de la siempre exagerada NME es, según ellos, la obra contra la cual el resto de sus discos habrán de medirse. No es cierto. Su disco debut sigue siendo hasta ahora el mejor, pero éste, efectivamente, es el segundo mejor, además del que los puede coronar como herederos legítimos de los Rolling Stones, y eso es decir bastante. Lo demás el tiempo lo pondrá en su lugar.






 13. The Knife - Shaking the Habitual: Una sorpresa fría y percusiva que sólo podía venir de algún país nórdico de esos que tienen luz del sol solamente tres o cuatro horas al día.











 14. Nine Inch Nails - Hesitation Marks: Trent Reznor era de esos que sacaban una obra maestra cada cinco años, hasta que le entró eso de la experimentación y se volvió prolífico, prolífico y pésimo, por eso es un alivio que luego de tanta búsqueda por fin haya encontrado ese punto intermedio entre la electrónica experimental y la música industrial. Un álbum que sorprende justo por hallarse en un indeterminado punto intermedio.



 15. The National - Trouble Will Find Me: Un disco de música hermosa y melancólica, punto.















 16. Chvrches - The Bones of What You Believe: Synth pop de la mejor cepa, de ese que nos ha maravillado con Purity Rings, con Grimes, con cualquier grupo de electrónica de vanguardia y vocalista de voz aguda que se respete.










17. Foals - The Holy Fire: Los potros agotan su trote, de la rudeza del math rock, a la grandeza del math pop y de ahí a este álbum en el que se nota una madurez de trote más sosegado. La época de canciones de estadio de esta banda ha comenzado y con el pie derecho.









 18. Primal Scream - More Light: Cuando apareció Screamadelica a principios de los noventa, ejecutando con maestría eso que llamaban trip hop se le auguraban grandes cosas, excepto por el hecho de que al trip hop se le acabó la magia y fueron pocos los proyectos que pudieron mantener el género respetablemente (Portishead, Massive Attack, DJ Shadow). Quizá por ello, Primal Scream se aventuró a hacer cochinadas sonora en XTRMNTR. Este álbum sigue la misma senda: música mugrosa, drum and bass y un montón de luz bailable.



 19. Julia Holter - Loud City Songs: Música claustrofóbica que se atreve a salir a una ciudad sólo para encontrar una claustrofobia distinta. Canciones irónicamente sexys que nos hablan de la decadencia y peligro en un confinamiento que llega a ser circense.









 20. Zola Jesus - Versions: Esta mujer se atreve a presentar versiones alternas de sus propias canciones con arreglos de cuerdas. El resultado: un disco que, como sucedió en su momento con Portishead en el Roseland (guardando las respetuosas distancias), le dan luz a estas melodías heladas.










Menciones honoríficas

 Editors - The Weight of Your Love: La banda que popularizó y masificó el post punk regresa para rematarlo, con resultados menores a los de sus primeros álbumes, pero muy sabrosos, aún así.














 Deerhunter - Monomania: Un merecido cambio de estilo del noise art vintage al simple punk garage art vintage. Bueno, pero no excepcional. Aún así, mejor que muchos otros.














 Deaftheaven - Sunbather: Shoegaze post metal, whatever it means, los puristas dirán simplemente metal, el caso es que en 2013 los hipsters también escucharon metal y el mundo diluyó un poco sus fronteras.













Kanye West - Yeezus: Disco pretencioso como el que más, genial, mugroso, experimental megalomaniaco, dicen que los peores vicios de Kanye son a la vez sus mayores virtudes. Para muchos: el mejor álbum del año. Para mí: un gran álbum, sí, pero de rap.












Speedy Ortiz - Major Arcana: Música dura y experimental, rock de riffs, algo inusual para esta época.
















disfruta el sueño...

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