Indisciplina podcast

Subo también a la hermandad la columna de esta semana que, creo, es más pertinente en este espacio, que en una página de perriódico.

P.D. Por cierto, el viernes saldrá en Milenio Hidalgo una entrevista que me hicieron a propósito de la novela que escribo y de la travesía que el libro Voz de jaguar, vuelo de cóndor tuvo que pasar para llegar a Pachuca. Espero que alguien lo vea.

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Animé: un fan contemporáneo de la cultura pop japonesa prefiere el animé por encima del manga. Éste no es, como pudiera creerse, un asunto sencillo. Para la mayoría de las personas la animación nipona no es más que un producto de segunda categoría, mientras que para un otaku es un asunto de llevar toda esa pasión en la piel. Un fan promedio, uno que sabe qué buscar pero no se vestiría como guerrero o muñeca, preferirá la animación sobre el manga (es decir, los comics) por una cuestión tan nimia como el tiempo/esfuerzo que debe dedicarles. Pero no es sólo eso, hay un motivo más: el ritmo narrativo. El animé presenta distintos ritmos de acuerdo con el formato, ya sean capítulos regulares, ovas o películas; en el caso de los dos últimos el ritmo es vertiginoso, mientras que en los capítulos regulares llega a ser de una lentitud a veces desesperante aunque, como beneficio colateral en algunos casos, toma un tono frío e impersonal, que exige mucha atención y deducciones por parte del espectador.
Mis recomendaciones personales: Cowboy Bebop, Full Metal Alchemist, Blood+, Monster, Akira.
Y una que no es del género, pero le rinde tributo: Avatar, The Last Air Bender (es decir: ni la peli fanfarrona de James Cameron, ni la superproducción desabrida que se acaba de estrenar, sino la original, la serie de Nickelodeon).


Post-punk: Ian Curtis y los músicos que, tras la muerte de éste, fundaron New Order, son quizá los verdaderos padres de la música actual, no es exageración, la influencia de Joy Division se puede rastrear en prácticamente todas las bandas en los últimos 30 años, desde Radiohead hasta Interpol, las cuales, en sus inicios interpretaban covers de la banda de Curtis y aceptaban abiertamente su influencia. La División de la alegría, nombre que tomaron de aquellos regimientos del ejército en la Segunda Guerra donde estaban las prostitutas, logró un sonido crudo y atmosférico, muy contenido en estudio y totalmente explosivo en sus presentaciones en directo, que le debe mucho al punk, a los Doors, a los Beatles y a Satán.
Mis recomendaciones personales: Joy Division, Bauhaus, Television, Echo and the Bunnymen, The Cure, Siuxie and the Banshees, Interpol, Arctic Monkeys y Placebo.


Zombis: además de la carne, el latex y el jarabe de maíz en todos sus colores y consistencias, las mejores cosas del género zombi son dos, 1) la ácida crítica a la coyuntura cultural en la que se ambientan y 2) la exposición de la naturaleza humana en su plenitud, el examen moral, pues. La coyuntura cultural nos muestra seres estereotípicos con todos sus errores, esto no puede ser de otro modo pues, de no hacerlo justa así, no serían patentes las consecuencias de sus acciones, que por lo general terminan con el mundo destruido. En cuanto al examen moral de los personajes, es revelador el hecho de que la naturaleza humana se manifieste en toda su plenitud en una situación extrema, un apocalipsis zombi saca lo mejor y lo peor de las personas, sus sentimientos más altos y desinteresados, o su desesperación por aferrarse a su propia vida a cualquier costo.
Mis recomendaciones personales: Zombieland, Planet Terror, Resident Evil (que no es propiamente del género), Zombie Strippers y Plants vs. Zombies.
Plus: el trailer (¿fake?) de la película Zombies del Bicentenario.


RPGs: la mejor forma en que se puede perder el tiempo más valioso de la vida es con los videojuegos. La importancia psicológica de estos productos de ficción consiste en la transferencia que uno realiza en ellos, una que resulta a la larga más empática que la que puede causar una telenovela, una película o un libro. Con los avances tecnológicos actuales, por un lado, y la “madurez” de los guionistas de videojuegos por otro, prácticamente todos los videojuegos modernos son como RPGs (Role Playing Games: juegos de rol en los que uno asume la personalidad, características y limitaciones de un personaje en particular y que derivan de viejos juegos de mesa como fueron Calabozos y Dragones, Mascarade o Magic); esto quiere decir que uno asume, más que en cualquier otro género de ocio, la motivación del personaje, una segunda vida, con otras características, que nos satisface aunque sea por breves momentos. Cuando uno enfrenta una pérdida, un duelo, un fracaso, no hay nada mejor que salvar al mundo (o destruirlo, o ser el mejor ladrón de coches o asesino o guitarrista), asumir que existen personas y lugares que pueden ser salvados. Y será aún mejor si el asunto se prolonga durante días y días, de ahí que el RPG es la mejor opción.
Mis recomendaciones personales: Chrono Trigger, Final Fantasy I, IV, VI y VII, Terranigma, Dragon Quest V y VI, The Legend of Zelda (Link to the Past, Ocarine of Time, Wind Waker y Twilight Princess).
Y para los que prefieren otro tipo de retos o contextos: Grand Theft Auto IV, Assasin’s Creed, Halo II, Resident Evil IV y su favorito con guitarras.



rafael tiburcio garcía
Este artículo fue publicado originalmente en el Diario El Independiente de Hidalgo el 8 de octubre del 2010




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