Indisciplina podcast

15 años, 15 pasos

Soy un hombre de mucha música pero pocos conciertos, las aglomeraciones humanas me aturden, me asquean, en mi vida he estado en muy pocos y de éstos, contados con los dedos de la mano, sólo unos cuantos han valido todo el desgaste económico, físico y psicológico. El de Anathema en mi cumpleaños quizá fue uno, otro fue el de NIN. El de Roger Waters en 2007 quizá sea el mejor. Definitivamente el que más esperaba era el de Radiohead. También me he perdido conciertos importantes, el de The Gathering antes de que saliera Anakee, el de Peter Gabriel y Travis, el Motorokr, cuando vinieron los Flaming Lips, y recientemente, los de Mono y Kashmir. Hace un año no tenía columna periodística así que el texto híbrido que hice, entre crónica y artículo, del concierto de Radiohead se quedó en la congeladora. Un año ha pasado y me parece prudente que salga a la luz, aunque sea como mero documento nostálgico. Espero que el dinero venga y que los conciertos dejen de programarse entre semana, eso me ayudaría mucho para sanar esta fobia, hasta el momento incurable, por las masas.

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We are in Mexico city, our first show tonight…the last time we were here ‘my iron lung’ ep had just been released... it was 1994 …. We then head on down to Brasil, Argentina and Chile … I’ve waited years for this! ….. Un abrazo Edx
Ed O’Brien*



Crónica incompleta y a destiempo.

Muy leds.
Muy grita.
Muy orgasmo.
Muy men machine machine machine.
Muy dos encores.
Los de Radiohead en el Foro Sol fueron conciertos perfectos. Desde las torres con bocinas a mitad del Foro Sol, Thom Yorke parecía un muñequito de trapo con guitarra, agitándose en las manos de un bebé. El vocalista de la banda de rock más importante de las últimas dos décadas daba la impresión de estar muy alegre en México y eso se notaba en la interacción con el público, una interacción que ciertamente no fue verbal. Johny Greenwood, fiel a su costumbre, no alzó jamás la cabeza y el resto de la banda mostraba el mismo entusiasmo: estar nuevamente en las tierras que donde hace quince años presentaban My Iron Lung y la gente les pedía Creep (como en el concierto ofrecido en Pachuca) hasta cuatro veces.
Atrás quedaban todas las teorías de por qué Radiohead no volvería jamás México, ya fuera por la canción más conocida de la banda en ese entonces, o aquella anécdota de la taquiza con carne y chile con que los anfitriones en Ojo de Agua convidaron a una banda de veggies. Tras una serie de olas humanas en la parte superior del foro, con la cual todos los asistentes se entretenían, se apagaron las luces y empezó a sonar 15 Steps, ya no había vuelta atrás.
A un concierto excelente debo sumar la participación de Kraftwerk, un preámbulo perfecto, el estado de meseta que dejó al público listo para el orgasmo, incluso sin Radiohead, la presentación de Kraftwerk valía por si misma el precio del boleto.
Las comparaciones entre el primer y el segundo concierto son, a estas alturas un poco tontas, cada uno tuvo su propia magia, el primero por ser el concierto que daba la bienvenida tras los años de ausencia y el segundo por ir más lejos al cerrar con Creep, hecho que suscitó comentarios encontrados entre los fans, ya que mientras para algunos fue decepcionante (supongo que se avergüenzan de escucharla) para otros fue un cierre perfecto, una travesura de niños.
El concierto del domingo tuvo sus momentos altos y bajos: Bodysnatchers, National Anthem, Paranoid Android, son inferiores en vivo que en estudio, pero canciones como Videotape, Idioteque, Fake Plastic Trees, fueron parte del orgasmo masivo, en algunas canciones, incluso, como Lucky y Everything in it’s Right Place, algunos fans gritaban en el intro, antes que el público adivinara de cuál se trataba y hacían gritar y aplaudir a los demás... pero tarde.
En el resto no vale la pena detenerse: bebidas carísimas, baños de cerveza y un mar de cabezas con todas las personas altas de México, salidas de quien sabe donde, parados hasta adelante.
Algunos han considerado estos conciertos los más importantes de la década; podrá parecer exagerado, lo cierto es que Radiohead destaca por ser la banda más influyente e innovadora del mainstream en los últimos años.


¿Herederos de Pink Floyd?

Entre las declaraciones que circularon por la red y medios impresos destaca que Radiohead es el nuevo Pink Floyd, lo cual sólo sería cierto si consideramos el hecho de que las obras maestras de ambas bandas, Dark Side of the Moon y OK Computer, nos presentan, a su manera, visiones desoladora de las sociedades postmodernas, ambas realizan una mezcla de las corrientes más vanguardistas del rock y el pop de su época y sirvieron de parte aguas para las manifestaciones sonoras que les siguieron.
Discos que exploran posibilidades que luego se volverán géneros hay muy pocos: OK Computer y Kid A, álbumes del periodo más creativo de Radiohead, forman parte de ese puñado de discos, el primero por ser una obra que conjuga las corrientes musicales de la década de los noventa y sintetiza la propia evolución de Radiohead como banda alternativa; y el segundo por ir más lejos aún, al revisar la tradición de la música experimental del siglo XX** (desde Stockhausen y Cage, pasando por el free jazz, hasta el ambient, el drum and bass, el krautrock y el postrock, este último con apenas algunos años de creación con las experimentaciones de Tortoise), así como por desarrollar, en sus letras, conceptos de la gramática generativa de Noam Chomsky y e ideas del libro No Logo de Naomi Klain.
Quizá los auténticos herederos de Pink Floyd no son Radiohead, a quienes se llegó a catalogar como neoprogresivos tras presentar esa canción perturbadora que en su tiempo fue Paranoid Android, versión que el propio grupo ha desmentido al declarar que más que una melodía con progresiones rítmicas, es un conjunto de pequeñas canciones aglutinadas en el collage, que muchos fans consideran la mejor de la banda (según la encuesta que Reactor 105.7 realizó en su página web, previo a los conciertos en el Foro Sol). No. Los herederos de Pink Floyd por derecho propio son, quizá, la banda inglesa Anathema, que inició como una más de doom metal y realizó una serie de experimentaciones que los llevaron a crear atmósferas depresivas en la mejor tradición de Roger Waters. Discos como Judgement, A Fine Day to Exit o A Natural Disaster, muestran esa influencia dura de Pink Floyd en la lírica y las estructuras, en estos discos, curiosamente, se aprecia también la influencia permanente de Radiohead, como un background que a veces pareciera mezclarlos. Muestra de este legado es el cover de Comfortably Numb, con la cual Anathema cerraba los conciertos de su gira en 2006 y 2007.


De ida y vuelta.

Las influencias de Radiohead en la música de los últimos 15 años han tenido la virtud de ir de ida y vuelta: las mismas bandas que han definido el sonido de Radiohead en su momento han recibido una retroalimentación similar a la que ejercían los Beatles en las agrupaciones de su época, recordemos que Rolling Stones o Bob Dylan, pero también The Doors y Black Sabbath se vieron influenciados por el cuarteto de Liverpool, al grado de que el sonido de aquellas bandas no sería el mismo de no existir esa influencia. Del mismo modo, exponentes tan diversos en género y tiempo como Unkle, Kraftwerk, Neu!, Joy División, New Order, Talking Heads, Brian Eno, Pixies, Sonic Youth, The Beatles, the Who, Rush, The Cure, Miles Davis, Charles Mingus y las bandas de New Orleáns de la segunda década del siglo XX, han sido asimilados por el quinteto de Oxford, mostrándoles a algunos de ellos (Aphex Twin, The Cure o R.E.M. por ejemplo) caminos por los cuales pueden continuar innovando.
La influencia de Radiohead, puede percibirse directamente en sus herederos: Coldplay, Travis, Muse, pero también en exponentes como Beck, Blur, Pulp, Doves, Placebo, Flaming Lips, U2, Interpol, Kashmir, Supergrass, Broken Social Scene, Stereophonics y Tv on Radio; así como en bandas de otros géneros como Sigur Rós, The Gathering, Anathema, Steven Wilson (de Porcupine Tree), Uzi & Ari, God is an Astronaut, If These Trees Could Talk y Jaga Jazzist. También entre las bandas hispanas en deuda con Radiohead podemos destacar a Lucybell, Babasónicos, Los Tres, Zurdok, Jumbo, La Gusana Ciega, Zoé, Austin TV, San Pascualito Rey, Gustavo Cerati e incluso Café Tacuba, a partir de Revés/Yo soy.
Una de las bandas que, en un camino distinto, llegó a tambalear el equilibrio hegemónico de Radiohead a principios de esta década es sin duda, Flaming Lips, quienes por los mismos años realizaron tres discos fundamentales para el pop alternativo de esta década: Zaireeka, un disco para escucharse en cuatro modulares al mismo tiempo, que se lanzó un año después de OK Computer; Soft Bulletin, síntesis del rock-pop americano de los noventa, del mismo año que Kid A; y Yoshimi Battles the Pink Robots, álbum conceptual que sintetiza diversas corrientes musicales de Estados Unidos, Japón e Inglaterra resultando la fusión más afortunada e inventiva de Rock, pop y música electrónica de esta década. Yoshimi fue lanzado el mismo año que el Hail to the Thief y la crítica especializada coincidió en que el disco de los angelinos, aunque infantil y accesible, aunque de un sonido “maricón” sin distorsiones y completamente comercial, superaba por mucho a los oscuros intrincamientos experimentales que Radiohead presentaba en su sexto álbum de estudio. Por aquellos años, incluso, en su página web había una sección llamada Z to A of The Flaming Lips, en la cual se podía leer “R is for Rediohead, They’re not Flaming Lips”. Sin embargo ambas bandas, las más influyentes en sus géneros, han sabido seguir creando sin repetirse, presentando nuevas propuestas con cada disco.


Arco iris.

Hoy, después de tres álbumes intentando consolidar un estilo que ya estaba consolidado desde Kid A, con la fría vanguardia al fin domesticada pero las emociones a flote, Radiohead libera su cuarto disco tras OK Computer, In Rainbows suena a lo que ya ha sonado Radiohead desde el Kid A, pero también a lo que ya sonaban desde Pablo Honey, un sonido sólido en que la experimentación nos parece ya algo cotidiano, Radiohad nos ha acostumbrado a popear experimentalmente, lejos queda esa idea de un Thom Yorke tiranizando la creatividad de la banda... al escuchar los álbumes solistas de Yorke y de Greenwood se percibe su fuerza inventiva, pero sólo en Radiohead (In Rainbows es la prueba) esa centrífuga de genios logra girar en una dirección concreta.
Como dijeron algunos críticos cuando salió Kid A: están los que recordarán que en los noventa hubo una banda llamada Radiohead que quién sabe qué le pasó... y quienes olvidarán esos años y discos porque en esta nueva década hay una nueva banda llamada Radiohead... In Rainbows, un gran disco... una obra inconcebible para cualquier otro grupo...


* En Internet: Dead air space. Fac: http://www.radiohead.com/deadairspace/index.php?a=462, marzo de 2009
** Kid A. Revista La Palanca No. 8, diciembre de 2007.






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