vericuetos del karma

Frío. Brr brr achú achú. Frío. ¿Cómo amaneciste? Vivo por desgracia. Una bocanada al ¿segundo, tercer, cuarto? cigarro del día. Una bocanada y un escupitajo. Una columna de humo azul. Una gota de saliva roja. Hematosaliva. El cáncer es una trinidad, en mis pulmones, en mi mente, en mi alma. Frío. Exceso. De. Puntos. Y. Seguido me pregunto el destino de los verdugos, [Frío] de aquellas personas enmascaradas que asesinaron en nombre del bien supremo. En nombre de Dios. Frío.
Exceso.
De.
Puntos.
Y.
Aparte me pregunto si estos verdugos en verdad fueron a dar derechito a la verno. Soy un elegido, un ser honrado por Dios que obra a través de mis manos, no puede enviarme a la verno por asesinar si la gente que mate merece la muerte, si sólo cumplo sus designios, si soy instrumento kármico ¿Y mi propio karma? Ahí radica el encanto del castigo y el castigo del castigador. Pescado frío. Pecado frito. Soy un potro. Soy una doncella de hierro. Soy la guillotina que liberó Francia. Estrupro, veneno, puñal e incendio, pero no puedo ser Boudelaire versificando. “Para un ser que no perdona la vida es el peor castigo” se lo escuché a Miyagi en el karate kid.
¿Y en qué momento empezaré a caer también, en qué momento se abrirá el cielo bajo mis pies para tragarme hacia la nada? Una gota de sangre ensalivada. Un azul de humo columna. Cáncer trismegisto, en mis pulmones, en mi mente, en mi alma ¿Y por qué mejor no te mueres tú?

disfruta tu puta madre...