arrebatado de los campos eliseos hacia la triste realidad

He sido arrebatado de mi delicada placenta, he dejado las aventuras del hombre araña, los tondercats, batman, uanpis, avatar, rugrats, el show de porky y dragon bolzeta, el día de hoy nuevamente soy un adulto trabajador que escribe en un tiempo muerto desde su oficina burócrata mientras piensa en cuánto añora sus vacaciones infantiloides y en cómo carajos se hacen los guiones para un noticiero radiofónico... hoy no hay poesía, ni antítetesis, hoy no hay búsquedas constantes de bellas imágenes... hoy sólo hay una pereza que se extiende como cancer en toda mi mente...

Anoche Mutsumi-chan me deseó suerte... pero yo le dije (y perdonarán que me tergiverse a mí mismo) algo parecido a:

--No me desees suerte... digo no sólo suerte...

--bueno, te deseo éxito --comentó, temiendo una de mis típicas respuestas.

--No, Castor, no; no es éxito lo que necesito, éxito tengo de sobra en mi cabecita cerrada... deberías desearme que sea un humano completo, pleno, feliz, satisfecho, que valore su trabajo y deje de juzgar su vida ilógica, que pueda estar parado en la cuerda floja que implica caer de un lado en la insatisfacción y el fracaso y del otro en el conformismo mediocre... deseame ser maduro para afrontar el hecho de que estoy en un trabajo sin retribuciones profesionales ni intelectuales ni, por supuesto, económicas; deseame paciencia, para no salir corriendo ni enfermarme a medio camino del tedio, para no gritarle a mis colegas mientras maldigo el destino que me trajo a este sitio... y sí, también deseame suerte...

disfruta el sueño...