Indisciplina podcast

Mi Mamaciel Precioso

Desde el trono celeste en el que me encuentro sentado, observando como todos mis hijos y adeptos intentan hallar una misión lógica que cumplir mientras intentan caminar en dirección contraria a esa centrífuga caótica que llaman vida, los mismos que imaginan que un dios los observa, los pone a prueba y los espera al final de las revoluciones, me congratulo en felicitar al favorito de mis hijos bastardos... Bueno, en realidad no es mi hijo porque de mi semen jamás saldría un dechado de virtudes como él, pero en fin, la solidaridad para aquel que seguirá mis pasos, porque algún día también será canonizado por haber fundado esa congregación que tanto ha ayudado a la humanidad, siguiendo el ejemplo de esta Hermandad Blanca.
Marcial, hermano, te felicito, por fin después de tantas penas y esfuerzos, en tu octava década de servicio a Dios, obtuviste unas merecidas vacaciones a sugerencia del propio Benedicto, espero que este retiro permanente te sirva como una oportunidad de reflexión y penitencia, qué te acerque más al Divino, que limpie tu ser para ser recibido con gloria al lado de Nuestro Padre Celestial cuando llegue tu momento, espero que continues con la obra que Nuestro Señor puso en tus manos, pero sobre todo, espero que en la próxima fiesta que hagas, ahora sí, me lleves las dos botellas de 11 años de añejamiento que me debes desde que se quemó Sodoma.
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