Desvirtuado

De algún modo este blog pasó de ser el laboratorio de voces presididas por san Isabet al panfleto y cartelera que es actualmente, aburrido.
No creo que eso cambie mucho. La migración a redes como Facebook y Twitter y la reorganización de otras prioridades laborales mató a este blog, que ahora solo se complace cuando presenta cartelitos y listas de discos una vez al año.
No hay arrepentimiento de mi parte. Cuando lo inicié solía trabajar en una computadora y ahora estoy frente a un grupo que demanda toda mi atención durante el tiempo que trabajo, tengo interacciones humanas quizá menos histéricas o espectaculares que aquellas que tendría en Internet pero más cercanas también que las que se dan con las personas en estos lados.
Escribo ahora mismo desde un teléfono con todas las incomodidades que eso implica, hoy que tengo tiempo, y quizá eso no se repita pero lo importante es que el flujo de relaciones humanas y creación sigue en movimiento.
Hace poco el poeta Christian Peña dijo que no dejamos de ser creadores por no escribir, por no publicar o, en este caso, por no autopublicar, así que mis días leyendo poemas a mis alumnos, viendo series animadas con mi esposa o cotorreando con los amigos no son un desperdicio, ni una ausencia creativa, no únicamente eso por lo menos.
Espero darle un poco más de tiempo a este proyecto muerto, no por ustedes, no por mí,  sino por el puro gusto de volver a encontrar en los monólogos y las reflexiones aquello que soy ahora, como en su momento alguna vez encontré lo que antes fui.