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Blade Runner

Antes de que me pongan calificación comparto este ensayo que hice (en conjunto con unos compas) de la peli Blade Runner para mi materia de postmodernidad. No añade nada nuevo al tema, pero me divertí haciéndolo. Si alguien quiere leer algo más personal puede checar mi twitter @juancorvus.
Es cuanto...

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El filme estadounidense Blade Runner (Scott, 1982) es un ejemplo claro del cine posmoderno, debido a que aborda críticamente el tema de la razón totalizante (Picó, 1994: 116) y dramatiza “la desintegración del sujeto en la sociedad industrial avanzada” (Adorno y Horkheimer, en 1994: 121), en la cual aparecen “criaturas corporales como máquinas deseantes” (1994: 117). Mediante un argumento que mezcla los géneros film noir (cine negro) y cyberpunk de la ciencia ficción (Yehya, 1994: 15-17) la cinta expone características de la posmodernidad con base en la compresión espacio-temporal, es decir, la “aceleración en el ritmo de la vida, […] una aldea global de telecomunicaciones […] con interdependencias económicas y […] horizontes temporales [que] se acortan” (Harvey, 1998: 267); esto queda evidenciado por el trasfondo social claustrofóbico del filme, en el cual no hay pasado ni futuro, sólo un presente continuo que propicia la fragmentación de la identidad de sus personajes, sean estos humanos o androides.

Entre los elementos posmodernos reconocidos en la cinta destacan los androides de fuerza e inteligencia superior llamados Nexus-6 o replicantes, representación del hombre-máquina de la modernidad, cuya vida se circunscribe a cuatro años, que es su periodo de utilidad productiva. Los Blade Runners son una fuerza policiaca dedicada a cazar y retirar a los replicantes rebeldes o peligrosos (el término “retirar” denota que no le otorgan a estos el carácter de humanos). La ciudad está superpoblada por toda clase de grupos sociales e ideológicos (orientales, latinos, entre otros), lo cual simboliza el multiculturalismo característico de la aldea global y concibe al espacio urbano como una imagen mítica “disponible para las funciones antiutópicas y distópicas como para las propiamente utópicas” (Jameson, 2009: 198). Por su parte, el poder económico (al parecer el único en el contexto del filme) es ejercido por la Tyrell Corporation, creadora de los replicantes, que funciona como una representación del monopolio en el sistema capitalista. La arquitectura del filme es una mezcla de rascacielos y pirámides ciclópeas en oposición con edificios de arquitectura clásica y extraños monolitos. En general Blade Runner muestra a la ciudad de Los Ángeles en el año 2019 como una ciudad netamente postindustrial, oscura, llena de espacios deteriorados, y de indigentes, donde las luces, el humo, la lluvia, el caos y hacinamientos humanos producen una atmósfera en la cual “las capas de polvo, la putrefacción de todo lo sólido, una destrucción de la forma en sí que es peor que la muerte” (2009: 108) conforman una visión entrópica y decadente. Sin embargo, a pesar de ese desorden la tecnología se hace presente con automóviles voladores, naves y videoteléfonos. Es en la arquitectura y en la oposición entre las corporaciones y los pequeños negocios donde se aprecia la dialéctica del contexto social: por un lado con la Tyrell Corporation como industria dominante y, por el otro, con los negocios pequeños representativos del Tercer Mundo, donde se fabrican ojos o animales, así como refacciones para los replicantes, negocios que funcionan como “productores primarios” para la Tyrell Corporation. En el filme no se muestran interacciones sociales reales, no hay amigos, la mayoría son seres solitarios, como Sebastian, que tiene a sus robots por compañía. No hay lazos familiares sólidos, sólo personajes atados a sus fotografías, lo cual no implica que dichas imágenes sean propias pues a los replicantes de última generación, como Rachel, les son implantadas memorias falsas para hacerles creer su condición humana y así controlarlos mejor, lo cual conduce a la pérdida de la identidad, de la historia, de la vida, y nos muestra el poder de las imágenes y su posible falta de autenticidad, como actualmente ocurre con los medios masivos de comunicación.

Destacamos dos escenas tratadas mediante un lenguaje cinematográfico posmodernista. La primera de ellas ocurre cuando el replicante Roy Baty besa en la boca a su creador Tyrell, y le asesina clavándole las manos en sus ojos (min. 86). Esta escena, que constituye un intertexto con el mito de Frankenstein (Yehya, 1994: 16), representa la furia, la frustración y la impotencia del ser que se descubre atado a las reglas del tiempo y del espacio. Pero también, por sus implicaciones, se puede identificar en el asesinato del creador aquel impulso postmoderno en el cual se “asesina” a Dios, es decir, el predominio de la razón totalizante y del distanciamiento del sujeto de su sociedad y la religión.

La segunda secuencia elegida ocurre cuando Roy Baty inicia la cacería de Deckard (min. 100-105), en la cual Baty aúlla, lo que nos remite al hombre mecanizado a su estado natural. Este lenguaje sonoro se utiliza en el filme para establecer el cuerpo como una "bisagra entre Naturaleza y Cultura" (Eagleton, 1997: 111). Posteriormente, tras renunciar a su cacería, Baty narra sus memorias: “Todo se perderá en el tiempo, como lágrimas en la lluvia”, concluye (min. 106); es en este punto donde ocurre la empatía entre el hombre y el androide, al descubrir que ambos son seres “esclavizados” a sus condiciones espacio-temporales: el “otro” se vuelve uno mismo, lo que lleva a Deckard, y también al espectador, a una meditación sobre el vacío o el fallo del propio yo (Jameson, 2009: 175).

En conclusión, la película posee rasgos posmodernos porque implica no sólo el reflejo social de dicho momento histórico, sino también la no-significación de las cosas, y al mismo tiempo el significado dialéctico; porque en ella está presente contextualmente el rechazo a las raíces de la modernidad; porque utiliza una combinación de elementos clásicos y vanguardistas, así como una superposición de estrategias narrativas y descriptivas que apelan a la interpretación del espectador.



Referencias:

Armes, R. (1976). Panorama histórico del cine (Film and Reality). Barcelona, España: Fundamentos.

Bordwell, D., Janet Steiger y Thompson, Kristin (1997): El cine clásico de Hollywood. Estilo cinematográfico y modo de producción hasta 1960 (pp. 3-96, 411-432). Barcelona, España: Paidós.

Eagleton, T. (1997). Las ilusiones del posmodernismo. Buenos Aires, Argentina: Paidós.

Harvey, D. (1998) La condición de la posmodernidad. Buenos Aires, Argentina: Amorrortu.

Jameson, F. (2009). Arqueologías del futuro. El deseo llamado utopía y otras aproximaciones de ciencia ficción. Madrid, España: Akal.

Scott, R. (Director) (2007). Blade Runner. The Final Cut. [Película]. Estados Unidos. Warner Brothers / Blade Runner Partnership. [Original de 1982].

Wellmer, A. (1994). “La dialéctica de la modernidad y posmodernidad”. En Pico, J. (Ed.) (1994). Modernidad y posmodernidad (pp. 103-140). Madrid, España: Alianza Editorial.

Yehya, N. (1994). Los sueños mecánicos de las ovejas electrónicas. El ciberpunk en el cine. México, D.F., México: Nitrato de plata.

Zavala, L. (2005, agosto-septiembre). “Cine clásico, moderno y postmoderno”. En Razón y palabra no. 46. Recuperado el 14 de marzo de 2011 de: http://www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n46/lzavala.html



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Este ensayo fue escrito en conjunto por:
Consuelo Gómez Guerrero, Marcela Josefina González Necoechea, Judith González Pérez, David Guadalupe Muñoz Ramírez y Rafael Tiburcio García.


disfruta el sueño...

Comentarios

  1. Ya sé que posiblemente a nadie le interese, pero este trabajito sacó 9.3. No sé si eso signifique algo pero al menos ya puede ser citado para futuros y ociosos análisis -académicos- de una peli fabulosa de la que prácticamente todo ha sido dicho (aunque tampoco creo que eso ocurra).

    El ensayo no obtuvo el 10 porque en el análisis de la escena de Baty sacándole los ojos a Tyrell, confundimos modernismo con posmodernismo (eso dijo el tutor, yo más bien creo que no explicitamos que esa escena es una crítica que dirige el posmodernismo al modernismo).

    Buenas noches.

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