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Once años
Para Raúl y Mercedes (in memoriam)
Me llamaron, como a un niño,
para prepararme cuando partieras,
ven, me dijeron, y lo hice, pero ya no estabas,
llegaste tarde, dijeron, y supe que mentían,
que te fuiste antes y eso que buscaba:
acariciar una vez más tu cansada frente,
tus brazos amoratados,
era sólo el titubeo de mi madre
que me escondía tu partida para que no entristeciera.
Preocupé a todos cuando me vieron arrodillarme
cuando, incapaz de sufrir en silencio,
inundé la sala con lamentos incoherentes,
me buscaron cada vez que me alejé de su mirada.
Pobres, pensé,
no saben que no los dejaré en mitad del rosario
más que para sentir el viento sobre la cara,
imaginan que no entiendo
que la enfermedad te haya robado la vida,
como el maquillaje te arrebata el rostro
y la tierra nos quita tu cuerpo.
¿Qué te llevas con tu partida?
tú que edificaste familias enteras a fuerza de orgullo
te vas, porque ni enfermo quisiste doblegarte
y la casa vacía, las paredes azules,
sólo reflejan la soledad que nos heredas.
¿Por qué llora tu suegro?
un padre no debería enterrar a su hija
y a su yerno, mucho menos.
Él, que te odió por arrebatarle a una niña,
que te empujó hasta el altar
empuñando la pistola contra tu espalda,
¿por qué llora cuando apoya su mano en el cristal,
acaso porque eras el último eslabón
que anclaba a su hija con los vivos?
Te hundes y tu estirpe te aplaude
pero algunos permanecemos inmóviles
envidiosos de los hombres que nos arrebatan
el deber de enterrarte nosotros mismos,
pero ellos tienen palas,
nosotros, apenas las manos.
Algunos de tus nietos acercan la cabeza
como queriendo arrancar del polvo un último recuerdo:
el color del ataúd,
la textura de tu traje,
el golpe del metal contra la piedra;
yo no quiero verte,
prefiero el cuadro impreciso:
apenas la espalda de un hombre que sella tu morada final,
apenas las raíces que asoman de la tierra desgarrada,
apenas el pelo de mi madre, pero no sus lágrimas,
mientras eres tragado por la misma tumba
donde, hace años, descansa tu amada.
20081216-17
disfruta el sueño eterno...
Saludos y bendiciones...
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