Indisciplina podcast

crisálida

El estado adulto es la antítesis de la juventud y esto no tiene, como podría suponerse, una lógica delineada, la obviedad que debería implicar.
El joven tiene menos energía que un adulto porque la desperdicia en los conflictos estancados.
El adulto, también, en un sentido más superficial, lleva el dolor por dentro, o al menos tiene la opción de hacerlo, los emos hacen que las personas verdaderamente tristes parezcan ridículas, ante este panorama (superficial) hay dos opciones (también superficiales): el silencio estoico o; la reflexión, dejar en claro qué tan banales son las penas cargadas, si su resolución es una posibilidad o si la tristeza de aparador es un camino (un camino estrecho como el de un emo).
Sin embargo la resolución tampoco lleva a otros lugares, dejar de asumirse como un deprimido de aparador no implica un cambio de actitud... acaso nos inunda de un optimismo, también falso, que no soluciona el hueco interno.
Podemos suplir la tristeza con alegría, sí, pero también podemos suplirla con paz interior, con esperanza, con fé, con conocimientos, con dinero, con altruismo, que tampoco nos llevan a ninguna parte.
Eso no resuelve la necesidad de negación.
Para ser superior hace falta desprenderse, renunciar, porque la tristeza implica una carencia (carencia en abstracto, carencia de muchas cosas), vaciarse por completo.
La felicidad es alcanzar un estado de renuncia, de negación suprema. Existir es negar, es asumirte hueco y comenzar a llenarte.

niega la vigilia, disfruta el sueño...

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