escribo para recordarte que morirás

Información es igual a paranoia, ausencia es calma; El estrés, ese amigo de todo trabajador posmoderno, sin duda está asociado a la información.

Dormir es la solución, olvidar, ignorar, desconocer, obviar, calma... calma... un mantra de interrupción, una desconexión, un deseo de ignorancia solapada, trabajar en lo que te gusta, el ocio, sacarte la lotería, cambiarte de país, de persona, de cerebro, de pulmones, de valores.

Vivir en Dinamarca. Pedir el súper por internet. Dejar las llaves en el auto sin que otro tercermundista resentido lo robe. Que la gente deje de patear a los perros y envenenar a los gatos. Que las ratas se muden a las cloacas. Que después del periodo carbonífero y los 345 millones de años que han pasado desde entonces las cucarachas por fin se extingan. Que Al-Qaeda no amenace a México. Que haya dinero para todos.

Dejar de pensar. Dejar de escribir, de preocuparse por el estilo, por el plagio, por el plagio involuntario, por la crítica, por los bloggers analfabetas. Que llegue mi hada madrina y publique mis novelas y me deje conservar el copyright...

Moriré de cáncer de pulmón, cuando sólo me quede el cinco por ciento de mis alveolos. Moriré en un choque automovilístico a más de ocheta kilómetros por hora. Moriré de una meningitis por una espinilla mal exprimida. Moriré envenenado por una lata ultramarina abollada. Moriré en una rueda de la fortuna. Por uno de esos pedazos de carne que caen y levanto del piso, y como sin miramientos. Por el piquete de una mosca. Moriré de influenza. Moriré de tristeza. Moriré de miedo...

Y una vez muerto, mi cadaver se pudrirá sin que me importe. Y ya no tendré este dolor de estómago, esta pesadez en los brazos, esta migraña, esta tristeza, estas ojeras negras, estos cabellos entre los dedos, estas costras pegadas bajo las uñas, este dolor de espalda, de cerebro y de alma... moriré...

Moriré...

Me gusta la palabra...

Moriré...

Y podrás dejar de leerme...

disfruta el sueño...