la conspiración kármica

¿Acaso todos y cada uno de los demonios de infelicidad que atormentan a los bultos de carne, supuestamente dotados de alma, que coexisten con nosotros en este miserable planeta están confabulados bajo la consigna "Impedid la Alegría"?

Es curioso que justo ayer, después de que transcurrieron muchos meses desde la última vez que me sentí alegre a priori (en realidad sólo amanecí de buenas), a partir de la segunda mitad de un día feliz la espiral de la faltalidad se posara sobre mi mente para volver a confundirla, con esos silogismos maniaco-depresivos con los cuales el Demiurgo se solaza confundiendo el pensamiento.

Y no hablo de los aspectos mundanos: la pérdida de mi tarjeta de devito-do, la negativa del banco a recibir llamadas después de las 16horas, la más de una hora que pasé escuchando la antifonía de los automóviles en espera de un transporte público que nunca llegó; ¡NO! Yo habló de la mente y del karma, hablo del estado de infelicidad inalterable, contagioso.

¿Es que acaso el estado natural del ser humano es la miseria? ¿Es que tengo que fenecer ante la tristeza de los demás, cargar con su karma, solidarizarme con los ilógicos que gobiernan sus vidas?

Hoy amanecí triste, miserable, hoy cargo sobre mi espalta con todos los adjetivos de la tragedia y la sinrazón, hoy los desencuentros pasados vuelven a tomar peso, hoy el silencio predomina, sonríe sin mover un solo músculo, es el silencio sináptico.

disfruta el tártaro...